¿Por qué hablamos de trata y explotación infantil? 

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Al iniciar nuestro trabajo en 2006 nos encontramos con que la problemática de trata y explotación sexual infantil era un fenómeno alarmante: Se estimaba que para el 2000 había un total de 16 mil niños, niñas y adolescentes en situación de explotación sexual. Al profundizar sobre dichos temas, la situación demostraba ser un tema urgente. Sin embargo, durante esa época el tema estaba muy poco posicionado a nivel de políticas publicas, en el conocimiento de funcionarios y en cuanto al trabajo de organizaciones. 

Por esa razón Infancia Común se definió a si en su razón de ser como una organización enfocada en trabajar contra la violencia y demás factores que favorecen el abuso y la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes. Para ésto nos consolidamos como una organización especializada en la investigación, capacitación y gestión de políticas públicas. 

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Para ejemplificar la magnitud del problema tenemos los siguientes datos: Para el año 2007 de acuerdo al relator de UNICEF, Juan Manuel Petit, se hablaba de 70 mil casos de explotación sexual infantil. Por otro lado, a partir del Diagnostico sobre la Situación de la Trata de Personas en México 2013, Naciones Unidas ha señalado que en nuestro país prácticamente cualquier persona sin importar su origen, edad, sexo y condición económica puede ser víctima de este delito. Sin embargo existen grupos en mayor vulnerabilidad entre los que destacan niñas y niños de comunidades indígenas rurales del sur sureste del país y personas de bajos recursos en las regiones del centro del país, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, Jalisco, Nayarit y Durango. 

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En ese sentido, se ha identificado a México como país emisor, de transito y de destino de trata de personas con fines de explotación. Dentro de las modalidades de explotación se encuentran la sexual, mendicidad forzada, laboral y x. En el caso de la explotación sexual infantil se encuentran las variedades de Prostitución infantil, Turismo Sexual y Pornografía infantil.

Además de las condiciones de pobreza, marginación, violencia y exclusión social, consideramos que la desinformación de las autoridades y de la población en general, colocan a niñas, niños y adolescentes en una situación de gran vulnerabilidad ante estos delitos. Por tales motivos consideramos necesaria una estrategia de prevención y auto protección para NNA, padre y madres de familia, autoridades y funcionarios del tema. 

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